Es hora de dejar el trabajo

Nada más pensar en el trabajo y el estómago se te revuelve, te pones irritable y los ánimos caen por el piso. Si esto te sucede, algo anda mal. La situación económica que estamos viviendo ha afectado a mucha gente, y tener un trabajo estable es casi un privilegio. Pero el hecho de que necesitemos tener trabajo para cumplir con nuestras obligaciones financieras no debe ser más importante que nuestra salud mental y en algunos casos física. El estar en un trabajo que hasta cierto punto detestas, hace que se afecten otras áreas de tu vida. Te molestas en el trabajo y lamentablemente te desquitas en tu casa, con las personas que amas y que no tienen la culpa. Cuando estás en un trabajo que no te gusta, todo te molesta, incluso los compañeros de trabajo, lo que hace que el lugar de trabajo sea uno de tensión, agudizando más el desprecio que puedas sentir. Estos son algunos signos que te indicarán si es el momento de tomar la iniciativa y hacer un cambio laboral.

Necesitas cafeína todo el tiempo
Te resulta difícil concentrarte en lo que haces, tu mente divaga constatemente sobre los lugares en los que quisieras estar en ese preciso momento. Así que tomas toneladas de cafeína para mantenerte alerta, y al ser un estimulante te da la falsa sensación de que tienes mucho entusiasmo al hacer tu trabajo.

No te preocupas por la calidad de tu trabajo
Eso lo vemos mucho, vamos a una tienda o necesitamos algún servicio y la persona que nos atiende se le nota el desgano que tiene, no le importa si te atendió bien, si compramos lo que queríamos o si nos molestó su falta de profesionalismo. Simplemente están ahí, esperando que sea hora de salir.

Te afecta la salud
Siempre tienes alguna molestia o dolor. Es como si tu cuerpo se resistiera a permanecer un minuto más en el trabajo, te da señales para ver si las captas y tomas la decisión de buscar un nuevo trabajo. Solo una pregunta, ¿cómo te sientes los fines de semana, o cuando estás de vacaciones? Nada más con el testigo.

Comes por ansiedad
No hay gaveta de tu escritorio que no tenga algo de comer. Papitas, bizcochitos, dulces, chocolates, hay de todo. Buscas satisfacer tu insatisfacción en la comida. El comer todos esos antojitos pueden hacerte sentir bien en el momento, pero luego seguirás con la misma desmotivación y con la preocupación de que estás aumentando un par de libras.

Obsesión con el teléfono
Constantemente estás mirando el teléfono por si recibes alguna llamada del trabajo, algún mensaje de texto o email. Dejas todo lo que estés haciendo para contestar esa llamada laboral, aún cuando estés compartiendo con tu familia. Incluso no prestas atención a lo que te dicen por estar contestando mensajes del trabajo.

Odias los domingos por la noche
Cuando se va acercando la noche del domingo ya sientes el pánico. Comienzas a sentir todo tipo de molestias y comienza a salir la personalidad gruñona de toda la semana. Se acabó la paz y la armonía.


Sabemos la importancia de tener un empleo hoy en día. Pero no debemos olvidar que hay muchas otras cosas más importantes. Si tu actual empleo está afectando tu familia, tus relaciones, tu salud emocional y física, o cualquier otro aspecto de tu vida, es el momento de dejar tu trabajo. Hay personas que año tras año dicen que van a dejar el trabajo, y pasan 10 o 15 años con la misma historia, pero nunca se deciden. Están toda una vida queriendo dar ese paso y se les va la vida en la indecisión. Así que, ahora es el momento para hacer lo que realmente quieres, verás que al tener un empleo que te gusta, tu vida dará un cambio muy positivo. Vamos... ¿qué esperas?

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